La Tomografía de Coherencia Óptica podría ser el camino hacia una reducción en la mortalidad cardiovascular | Grupo i2

02 de septiembre de 2024. La tomografía de coherencia óptica (OCT) se ha convertido en una herramienta fundamental en la cardiología intervencionista, especialmente conocida por su capacidad para proporcionar imágenes de alta resolución de las estructuras vasculares. Estudios previos han dejado en claro que el uso de OCT no solo mejora la toma de decisiones durante la angioplastia, sino que también optimiza los resultados clínicos en comparación con la angiografía convencional. Sin embargo, la mayoría de estos estudios se han centrado en pacientes con angina estable o síndrome coronario sin elevación del ST, dejando un vacío importante en la investigación en relación con los pacientes que presentan infarto agudo de miocardio con elevación del ST (IAMCEST).

El objetivo de un reciente estudio retrospectivo fue evaluar si la incorporación de OCT en el manejo de pacientes con IAMCEST podría disminuir la mortalidad a largo plazo en comparación con la angiografía convencional. Este análisis incluyó a 3,897 pacientes, de los cuales un 69.2% fueron tratados con OCT y el 30.8% solo con angiografía. La edad media de los participantes era de aproximadamente 60 años, con una predominancia masculina.

A partir de los datos recopilados, se observó que en el grupo guiado por OCT, la arteria más afectada fue la arteria descendente anterior (ADA), mientras que en el grupo de angiografía se destacó la coronaria derecha. Un hallazgo significativo fue que los pacientes del grupo guiado por OCT fueron tratados con stents con menor frecuencia durante la angioplastia (62.6% frente a 80.2%; p menor que 0.001), lo que sugiere que la OCT puede facilitar una mejor selección del tratamiento en este contexto clínico.

En términos de resultados a largo plazo, se reportaron tasas acumuladas de mortalidad por todas las causas y mortalidad cardiovascular a los 5 años. En la cohorte guiada por OCT, estas tasas fueron del 10.4% y 8.0%, respectivamente, en comparación con el grupo guiado solo por angiografía, que presentó tasas del 19.0% y 14.1% (p menor que 0.001). Este hallazgo indica una mejora significativa en la supervivencia en el grupo que utilizó OCT.

Los modelos multivariados utilizados en el análisis mostraron que el uso de OCT se asociaba con una reducción significativa en la mortalidad por todas las causas (HR: 0.689, IC 95%: 0.551-0.862) y en la mortalidad cardiovascular (HR: 0.692, IC 95%: 0.536-0.895). Además, tras realizar un análisis de propensión para emparejar las muestras, los beneficios asociados a la guía OCT se mantuvieron consistentes (HR: 0.707, IC 95%: 0.548-0.913 para mortalidad por todas las causas y HR: 0.709, IC 95%: 0.526-0.955 para mortalidad cardiovascular).

Los resultados de este estudio observacional sugieren que la utilización de OCT durante la angioplastia en pacientes con IAMCEST está asociada con una reducción en la mortalidad a largo plazo en comparación con la angiografía sola. Estos hallazgos son alentadores y subrayan el potencial de la OCT para transformar la práctica clínica en la intervención coronaria percutánea.

No obstante, para validar estos resultados y afianzar su aplicación clínica general, son necesarios estudios prospectivos y aleatorizados. Es fundamental que la comunidad médica continúe investigando y evaluando la efectividad de la OCT en diferentes poblaciones y contextos clínicos, con el fin de mejorar aún más los resultados de los pacientes que sufren infartos agudos de miocardio.

Como se ha discutido, la integración de la OCT en el manejo de la cardiopatía isquémica podría representar un avance significativo hacia la mejora de la atención al paciente y la reducción de la mortalidad cardiovascular, lo que destaca la importancia de continuar con la investigación en este ámbito.


Fuente: SOLACI